Una nueva aventura del aprendiz de mago llega a las pantallas el próximo 15 de julio. Si la quinta película de la saga era oscura, la sexta, 'Harry Potter y el misterio del príncipe', lo es aún más. Que nadie se extrañe si durante los primeros minutos siente ganas de agarrarse al brazo de otro espectador cuando las cámaras siguen a los temidos 'mortífagos' causando estragos a una velocidad de rayo a lo largo y ancho de Londres. Pero no se asusten: la última entrega de esta franquicia multimillonaria es, además, una comedia romántica apta para mayores y adolescentes en la que se retratan con humor los cambios hormonales de los estudiantes de la academia Hogwarts.
Aunque en la pantalla los protagonistas son sólo amigos, y de hecho no se enamoran el uno del otro, sino de terceros, Daniel Radcliffe y Emma Watson, ambos de 19 años, se vieron obligados ayer a desmentir que estén saliendo o que puedan hacerlo en el futuro. «Somos como hermanos, hemos crecido juntos», insistió la joven, que incluía también a Rupert Grint en esa camaradería. El fiel amigo pelirrojo de Potter ha generado más titulares por haber contraído recientemente el virus de la gripe A que por su actuación en la película: «Al principio me asusté, pensé que me iba a morir», bromeó, «pero luego ha resultado ser como una gripe normal».
Harry Potter esta vez tiene la misión de rescatar un recuerdo que encierra la clave para acabar con lord Voldemort. Guiado por el profesor Albus Dumbledore (Michael Gambon en la pantalla), el director de la escuela de magia, Potter asumirá muchas más responsabilidades que en capítulos anteriores. De hecho, su relación con el maestro pasará a ser de igual a igual. Casi como en la vida real y a pesar de la edad que los separa. Y es que, sentados ayer hombro con hombro en el lujoso hotel Claridges, la gran confianza que han desarrollado tras varios rodajes llevó a Daniel Radcliffe a decir del gran actor que es «el menos profesional» de los artistas con los que ha trabajado. Gambon, uno de las caras más respetadas de los escenarios del Reino Unido, reaccionó con una carcajada.
Tras casi diez años juntos, el equipo de la película es como una familia en la que J.K. Rowling se ha volcado sobre todo a partir de la sexta entrega, una vez que su hijo es algo mayor y no tiene la presión de acabar de escribir la colección. «Es una persona maravillosa, se ha preocupado mucho y me envía emails», comentó ayer Emma Watson, que se está preparando para empezar sus estudios en una universidad de Estados Unidos después del verano y poder llevar así una vida más normal.
En la actualidad se está rodando la adaptación del séptimo y último libro -'Harry Potter y las reliquias de la muerte'-, que se llevará a la gran pantalla en dos partes: la primera se estrenará a finales del año próximo, mientras que la segunda se presentará en verano de 2011. El hecho de que la filmación acabe en sólo diez meses, también de la mano de quien ha dirigido la quinta y la sexta entrega, David Yates, llevó a que la presentación de ayer tuviese tintes de despedida. «Estaré muy triste cuando esto acabe; cada una de las escenas de la película me recuerda momentos de mi vida», confesó Radcliffe.